Si no lo has leído, si quieres leerlo, o si simplemente es una obligación en tu escuela, lee esta reseña.
Titulo: Cien Años de Soledad
Autor: Gabriel Garcia Marquez
Editorial: Norma
Paginas: 485
SINOPSIS
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo
OPINIÓN PERSONAL
Muchos años después de la
defunción de Gabo, Colombia había de recordar aquel remoto día en que su nobel
dio vida a macondo.
Entre página y página pocas
veces se ha visto tal obra que enaltezca la cultura latinoamericana como lo ha
hecho cien años de soledad. Tal epifanía solo podía surgir de la pequeña
grandeza de un pueblito de nombre Aracataca y de la mente de un bigotudo
bonachón llamado Gabriel José de la Concordia García Márquez.
Perteneciente al género del
realismo mágico, su obra marca el débil paralelismo y una más cercana
intersección entre mundos no ajenos a nuestros abuelos y sus padres, que en
interminables historias retratan de forma verosímil, su realidad y cosmovisión
macondiana; un árbol genealógico extenso y con una antología familiar de raíz a
copa. En este caso particular hay que referirse a la familia Buendía, que a través de generaciones
nos narra su crónica desde mediados del siglo XIX hasta los albores del siglo
XX, recalcando hechos tales como la contienda azul-roja y las aventuras gringas
del guineo, que envuelven la trama principal de la estirpe condenada a la
soledad.
Como si una cúpula cubriese
al hombre, el mundo reciente y carente
de nombres fue fundado por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, acompañados
por los que habrían de residir en casas de barro. Estos dos no sabrían lo que
les depararía el laso de sangre que entrelaza el destino eterno para sus
descendientes; así nacen las aspiraciones y el profundo anhelo de ver al
macondo refulgente y gélido.
Lejos de tratarse de una
novela lúgubre, el texto no reconoce género tradicional y en la bella amalgama
que esculpe, es posible vislumbrar multiplicidad de situaciones que van desde
el amor hasta la guerra partidista. Sin duda un bello busto esculpido a cincel,
de las costumbres que proclaman a la que se considera la novela de
Latinoamérica por antonomasia.
Teniendo la novela una base
ficticia y real, la obra de García Márquez no ha estado ausente de críticas
sobre lo fidedignos de sus datos históricos, refiriendo claramente el ya
conocido caso del 6 de diciembre de 1928 “la masacre de las bananeras”. Donde los
trabajadores sindicalizados de la United Fruit Company durante una huelga en la
que buscaban mejores condiciones laborales, fueron fusilados por el ejército
colombiano bajo orden del gobierno de Miguel Abadía Méndez. El número de
muertos nunca fue esclarecido y Gabo da una cuantiosa cifra de 3.408 muertos.
Entre las diversas fuentes destacan la del reconocido abogado y político
colombiano Jorge Eliecer Gaitán, quien en 1929 fue el encargado de investigar
los sucesos entorno la huelga de la United Fruit; el huelguista Alberto
Castrillón y el general Carlos Cortés Vargas acusado del incidente. A pesar de la desconocida cifra, los
acontecimientos narrados en la novela mantienen una considerable paridad con el
informe de Gaitán, pero como referencia el abogado Eduardo Posada Carbó, la
masacre ficticia no representa de manera fiel la masacre histórica, ya que
existe una discriminación de las fuentes, por ello la novela no debe usarse
como fuente histórica.
García Márquez nos quiere
exponer una de las tantas versiones existentes, no intenta ser un reflejo
histórico, sino más bien una interpretación basada en las experiencias de los huelguistas,
convirtiendo el hecho ficticio en una propia faceta de la realidad. Un hecho
que pretendía ser borrado y olvidado pero que en su literatura perpetúa la
propia historia de nuestro país, dentro de su hipérbole totalmente
perteneciente a ese género llamado el realismo mágico
¿Por qué García Márquez es
una cara de la misma moneda que representa esta novela? Pues bien, el extenso
compendio de leyendas, chistes, dichos y hechos históricos y antropológicos
presentes en el texto, son la propia vivencia de nuestro autor en su juventud
en el atlántico colombiano; grabados y expuestos bajo su dedicación temprana al
periodismo. La memoria y la tradición oral plasmada en una narración es la
esencia de esta obra, rompiendo los paradigmas de la literatura trascendental,
mirando más al pasado cuando la novela era una narración más amena que
pretendía entretener a sus lectores. Por ello esta obra es tan determinante y
representativa, pues supuso un cambio en la literatura mundial, un regreso a la
búsqueda de sus fuentes.
Poco hay que decir y mucho
sentir de la llama que encendió el cordón del “Boom” que trascendió fronteras enamorando
a todo el que tocó su onda. Sin duda un libro para los amantes de las buenas
historias y para los de la historia misma, pues cien años de soledad no solo
esconde en su interior la cultura de nuestra tierra, sino de una realidad
agridulce marcada por nuestra propia necedad y el infortunio que de ello
deviene. dicha profundidad literaria tras bastidores, acompaña a los actores de
tan aclamada fabula, son los rostros cotidianos de la incipiente urbe rural,
los rostros de nuestros antepasados y el rostro de una Colombia donde no es
difícil soñar, pues esta tierra es un sueño.
CALIFICACIÓN
CALIFICACIÓN
La obra latinoamericana, reflejo de nuestra esencia.
¿Ya lo leíste? ¿quieres leerlo? no olvides comentar tu opinión acerca de Cien Años de Soledad, un libro que todos deberían leer.
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